¿QUÉ ES LA DISLEXIA?



Los componentes de la palabra “dislexia” vienen del griego dys, que significa “dificultad”, y lexis, “palabra”. Este trastorno abarca dificultades con las palabras o el lenguaje e incluso con la ordenación de elementos, como los días de la semana y las letras de una palabra. La dislexia, según el doctor H. T. Chasty, del Instituto Británico de la Dislexia, “es una incapacidad para organizar que afecta a la memoria inmediata, la percepción y la coordinación manual”.
La dislexia es una deficiencia de la lectura, la escritura y el aprendizaje. Su causa es una alteración de las zonas cerebrales del lenguaje. Afecta a un 5% de los niños de 7 a 9 años, sobre todo varones. Se le atribuye una base genética y no está relacionada con la inteligencia. Sus manifestaciones son muy variadas, dependiendo de la edad del niño y de la intensidad del trastorno. Se pueden observar déficits en las funciones relacionadas con la memoria, el vocabulario, las áreas motrices y el habla.
Para entender que ocurre en el cerebro de un niño con dislexia, conviene explicar de manera sencilla cómo funciona éste y cómo se lleva a cabo el proceso de la lectura: El cerebro humano está formado por dos hemisferios derecho e izquierdo, que se comunican entre sí. Cada hemisferio está especializado en ciertas funciones. El hemisferio izquierdo se especializa en los procesos de lenguaje, mientras que el derecho se especializa en la información visual y espacial. Además, no trabajan exactamente del mismo modo, sino que el hemisferio izquierdo procesa la información secuencialmente, o sea, unos datos tras otros, mientras que el derecho lo hace simultáneamente, o sea, muchos datos a la vez. Al leer, se combinan los dos tipos de estrategias en el manejo de la información por ambos hemisferios. Pero en los niños disléxicos, la disfunción o fallo en el hemisferio izquierdo afecta la velocidad de procesamiento de la información, lo que incapacita al niño para procesar cambios rápidos de estímulos o sucesiones, tanto en el área visual como auditiva.
Por ello, los educadores no deben dudar en consultar ante las primeras sospechas de dislexia.

Bibliografía
Iglesias, M. T. (S/F). Alumnos con Dislexia: Estrategias para educadores. Indexada a EBSCO Publishing, Ipswich. USA. Recuperada de: http://dim.pangea.org/revistaDIM/dislexia2.pdf


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