Investigadores indican que
el cerebro de los niños disléxicos manifiesta diferencias anatómicas. Por lo
general, la parte posterior del hemisferio izquierdo es ligeramente más grande
que la parte correspondiente del hemisferio derecho, pero en el cerebro del
disléxico ambos hemisferios presentan el mismo desarrollo. También hay quienes
aseguran haber descubierto irregularidades en la disposición de las neuronas de
las zonas del cerebro relacionadas con el lenguaje.
La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje, por lo tanto evolutivo y los síntomas cambian a medida que el niño crece. Así ya es posible apreciar en la etapa preescolar pequeños detalles o signos que pueden hacernos sospechar que un niño es disléxico. Entre los 6 a 12 años los síntomas son más evidentes, o al menos, más conocidos. A partir de los 12 años se hacen muy claras las alteraciones del aprendizaje. Para que un niño sea disléxico, no es necesario que presente todos los síntomas que a continuación se detallan, aunque tampoco lo es por observarse sólo alguno de ellos.
Preescolares
(niños de 3 a 5 años)
- Desarrollo lento del vocabulario y retraso en el desarrollo del habla con dificultades para articular o pronunciar palabras.
- Torpeza al correr, saltar y brincar.
- Dificultad para seguir instrucciones y aprender rutinas.
- Falta de atención y aumento de la actividad e impulsividad.
- Dificultad para abotonar y abrochar o subir un cierre o cremallera.
- Retraso para memorizar los números, el abecedario, los días de la semana, los colores y las formas.
- Falta de control y manejo el lápiz y de las tijeras.
- Aparición de conductas problemáticas en sus habilidades sociales.
Escolares
(niños de 6 a 11 años)
- Invierte letras, números y palabras.
- Confunde el orden de las letras dentro de las palabras.
- Dificultad para conectar letras y sonidos y en descifrar las palabras aprendidas.
- Confunde derecha e izquierda y escribe en espejo.
- Presenta dificultad en la pronunciación de palabras, invirtiendo, sustituyendo o invirtiendo sílabas.
- Traspone las letras, cambia el orden e invierte números.
- No toma o agarra bien el lápiz.
- Su trastorno en la coordinación motora fina le da mala letra y pobre caligrafía.
- Tiene problemas acerca del tiempo y no logra saber la hora, día, mes y año.
- No logra escribir pensamientos, ni organizarlos; su gramática y ortografía son deficitarias.
- Muestra dificultad en el aprendizaje de conceptos numéricos básicos y no puede aplicarlos en cálculos o en la resolución de problemas.
De
12 años en adelante
§ Falla
en la memoria inmediata, no recordando lo leído por su dificultad con la
comprensión de la lectura, el lenguaje escrito o las destrezas matemáticas.
§ Interpreta
mal la información, por su falta de comprensión de conceptos abstractos y
porque lee mal.
§ Muestra
dificultades en organizar el espacio, sus materiales de trabajo y sus
pensamientos al escribir o al hablar.
§ No
logra planificar su tiempo ni tiene estrategias para terminar a tiempo sus
tareas. Trabaja con lentitud y no se adapta a ambientes nuevos.
§ No
funcionan sus habilidades sociales y no logra hacer amigos ni entender las
discusiones.
§ Finalmente
evita leer, escribir y las matemáticas, tendiendo a bloquearse emocionalmente.
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